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Mettaholistica

Rosario Romero

Rosario Romero

Hola, mi nombre es Charo. Conocí a Charito López por medio de Yamir, su esposo, y a mediados del 2020 me comuniqué con ella, en pandemia. Por la condición en la que me encontraba y todos encerrados, un familiar enfermó justo del "bicho" ese, y yo, la más nerviosa. Me decía: "En mi caso tengo que estar tranquila y no alterar más mi sistema nervioso". Tenía miedo. Mi hermana había fallecido en el 2017 y yo aún la recordaba y no paraba de llorar. No quería salir de casa ni que nadie me viera en mi "nueva" condición. Mi perra Candy, que me había acompañado 12 años, se perdió cuando regresé del médico... Estaba deprimida. El médico me indicó pastillas para el estado de ánimo, las cuales debía consumir diariamente. Llevé terapia con dos psicólogas. Nada hacía que me sintiera bien.

 

La familia, mi esposo, estaban preocupados, aunque yo a veces ponía de mi parte. Lo que me mantuvo todo ese tiempo y hasta ahora fueron las reuniones por Zoom de la iglesia a la que asisto. Y uno de esos días, Yam, esposo de Charito, me escribió por Facebook y su pregunta fue: "¿Cómo estás?" Le dije que bien, pero sé que se dio cuenta de que no estaba bien y ahí fue que dijo que yo debería hablar con Charito, su esposa. Yo me comuniqué con ella, si no me equivoco, al día siguiente. Charito me dio mucha confianza desde la primera llamada en todo lo que me decía.

 

Entendí que hice todo lo que estaba a mi alcance por mi hermana, aunque ella falleció, lo di todo por ella. Empecé a aceptarme a mí misma tal como soy, a conocerme, a amarme. La autoestima a reforzarla. Ahora no tomo en cuenta lo que los demás piensen de mí. Solo acepto las palabras agradables y que me hacen sentir bien. Puedo ir a algún lugar y si no me siento bien o cómoda en ese lugar, entonces me retiro. Si quiero algo, lo digo, y si no lo quiero, también. Pienso en los demás ya no como que tengo que protegerlos ni ser la defensora de todos, no, y trato de no asumir mayor responsabilidad de la que me toca, a no dejarme derrumbar, y si quiero llorar, lo hago, y si quiero desahogarme gritando, también lo hago, no me importa que mis vecinos me digan que estoy loca 🤭🤭🤭🤭. Aún sigo en terapia física con la diferencia de que ahora asumo mi condición. Me ayudó mucho. Mi esposo me dice que he cambiado (aunque a veces me dan mis chiripiolcas, como yo digo). ¡Ah! También me vine a vivir con mi esposo (mi mamá sigue bien con mis hermanos y mis hermanas, ella aceptó que mi lugar es con mi esposo, donde él tenga que estar). Viajo a ver a mi mamá y la llamo todos los días, y si no llamo durante el día, mi mamá me llama para saber por qué no le hice la llamada 😄.


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